jueves, 14 de mayo de 2015

Cómo ligar a toda costa: Algunos truquillos perfectamente falibles.

Si algo tenemos claro, es que todo puto amo debe ser también forzosamente el más fucker de su pandilla. ¿Alguna vez has escuchado a alguien decir ‘’Mira ese monaguillo, es el puto amo’’ o ‘’Rober va a celebrar sus bodas de plata, puto amo el tío’’? NO. Por mucho que nos duela reconocerlo, si te acuestas con una sola mujer toda tu vida o directamente no mojas ni pa’ trás, jamás serás considerado como el puto amo. Sin embargo, entiendo que no siempre es tan sencillo alcanzar cierto nivel en el noble arte del cortejo. Ya no estamos hablando de lo bueno que seas en la cama ni de lo satisfactorias que puedan ser en general tus relaciones sexuales. Lo que importa en poder restregarles por la cara a tus amigotes que te has follado a muchas más tías que todos ellos juntos. Recuerda: si no lo puedes contar al día siguiente, es como si no hubiera pasado.

He aquí algunos sencillos trucos para ligar cueste lo que cueste.

1-Ser asquerosamente atractivo.

Si tu madre fue considerada con su posible descendencia liándose con un tío medianamente agraciado o simplemente has tenido mucha suerte en la lotería genética, y por tanto, has nacido guapo, ya tienes un punto a tu favor. Si es cierto que por media las mujeres suelen ser menos superficiales que los hombre, también es una realidad el hecho de que la mujer que tú te quieres tirar esta noche no va a rebajarse a contarle a sus amigas que se ha enrollado con aquel tipo de la camiseta de Flash y el pelo grasiento que le tiró los tejos en la discoteca. Para un lío de una noche, buscarán a ese tío que ves pasar todos los días con la bolsa de deporte y las mallitas ajustadas marcando musculitos y paquete en dirección al gimnasio, lugar misterioso que nunca has tenido ni la intención de pisar. No tienes que ser realmente un adonis. Pocos los somos. Pero si estás en el punto medio entre el friki de la camiseta de Flash y el guaperas musculado, aún puedes salvarte. Ponte tus mejores galas y espera a que la mujer en cuestión esté lo suficientemente borracha para encontrarte arrebatadoramente sexy. Ayudaría que te colocaras cerca del tipo del pelo grasiento que intentó ligar con ella antes.

2-Ser la hostia de gracioso.

Sí, amigo. Esto no es un mito. A muchas mujeres les vuelven locas los hombres que las hacen reír. Así que si no cumples el primer requisito, siempre podrás acercarte a un grupo de chicas gracias a tu amigo guapo y desplegar todo tu atractivo de tipo divertido a lo largo de la noche. No te llevarás a la que esta más buena, pero lo mismo pillas algo decente.

 NOTA: Cuando digo divertido no me refiero a los siguientes casos:

-Imitar a Chiquito de la calzada (posiblemente mal)

-Contar chistes de toc toc, ¿quién es?

-Tocarse la punta de la nariz con la lengua o/y ponerse bizco.

-Hacer juegos de palabras y explicarlos después.

-Explicar cualquier chiste. Si no se ríe, es porque no es gracioso, no porque no lo haya pillado. ¡Entiéndelo, joder!

-Parafrasear fragmentos de monólogos de Dani Rovira o Goyo Jiménez (todo el mundo se los sabe de memoria, se te va a ver el plumero, chaval)

-Eructar el abecedario (a tus colegas les hará mucha gracia, pero tus colegas son unos gilipollas. No lo olvides)

3-Estar forrado y que se te vea de lejos

Se lo que estás pensando: ‘’ ¿Entonces las mujeres solo se me acercarán por mi dinero?’’ ¡Sí! ¿Y qué? No estás buscando a tu futura esposa con la que tendrás tres hijos, un golden retriever y una pintoresca casita con garaje y jardín. Si esa despampanante rubia de voluptuosas curvas con aspecto de ángel es en realidad una zorra interesada sin escrúpulos, a ti eso te la trae floja. Un polvo es un polvo. Y aunque tengas la pasta suficiente como  para contratar el servicio de una profesional, es mucho mejor hacer como que te la has ligado por meritos propios. Puedes permitirte ir tan llamativo como se te antoje. Ponte ese traje blanco jodidamente caro y esa corbata chillona. Los ricos no son horteras, sino excéntricos. También puedes completar el look con unas cadenitas de oro y unas gafas de sol de marca. Fúmate un puro aunque no te guste el tabaco y pide el whiskey más añejo que tengan en el local. Las nenas irán a por ti como locas y se pelearán por tener la oportunidad de montárselo contigo en la parte trasera de tu precioso Mercedez negro con cristales tintados.

Quizás hay quien piense que ligar gracias a tu dinero es como coger tus principios y tirarlos por la ventanilla del coche. Pero recuerda que estás forrado y tienes un precioso Mercedez negro con cristales tintados. Puedes comprarte otros principios nuevos cuando te apetezca.

4-Ser culto e interesante

Si no eres guapo, ni tienes sentido del humor, ni estás en el taco, siempre puedes acogerte a tu inteligencia natural y tu alto nivel cultural. Recuerda que la mayoría de los tíos que van a estos antros son unos cazurros sin remedio, y aunque normalmente una mujer que tiene los mismos intereses que tú pensaría ‘’pa’ follar no hace falta hablar’’, a veces se encuentran raros especímenes a los que sí les parece importante que el cociente intelectual de la persona que van a pasarse por la piedra sea superior al de Paquirrín. Si ves una chica con camisa de cuadros y gafas de pasta y no se está dando el lote con otra chica, aprovecha su confusión al estar fuera de su hábitat natural y asáltala cual buitre carroñero. Dile que tú no sueles venir a estos sitios, pero que tus amigos te han obligado. No tiene por qué darse cuenta de que no tienes amigos. Suéltale un rollo sobre política ecologista internacional, lo mucho que te gusta la poesía africana y las películas independientes polacas. Si realmente no eres tan hipster como pretendes aparentar, echa mano de esa culturilla general que has adquirido leyendo en el baño durante décadas. Con que vea que tienes algo de materia gris en tu cabecita, le bastará para no sentirse despreciable por haberse tirado a un completo imbécil. Para cuando se dé cuenta de que eres por lo menos medio imbécil, ya habrás conseguido tu objetivo y podrás huir con tu estupidez. 

5-Medidas desesperadas: dar pena

Si resulta que no eres guapo, ni gracioso, ni listo y encima no tienes un puto duro, solo te queda un último recurso: provocarle tanta lástima que no sea capaz de perdonarse a sí misma por no acostarse contigo, para que puedas al menos sentir algo de calor humano y no te plantees seriamente el suicido. Claro, esto solo funciona con mujeres poco atractivas, con la autoestima bastante baja y un gran corazón. Cuéntale tus penas, exagéralas,  y demuéstrale que por lo menos eres un hombre sensible que solo quiere encontrar alguien que lo comprenda y lo arrope en las frías noches de invierno. Esto, además de ser del todo patético, incluye el terrible riesgo de acabar enredado en una relación formal no deseada. Si ella es la mitad de desgraciada que tú, no va a soltarte a menos que encuentre algo mejor, y ya sabemos cómo está el mercado si tú has conseguido pillar cacho con tus escasas cualidades.


En el caso de que seas un adefesio sin remedio, no haya un atisbo de gracia en tu  cuerpo, estés en la ruina, te pierdas cuando haces sumas llevando y no seas ni capaz de hacer que alguien se compadezca de ti por todo lo anterior… ¿Tienes cloroformo? Y si ni siquiera sabes lo que es el cloroformo o cómo se utiliza, ¿por qué cojones sigues vivo?

El día que me quedé sin internet y otras aventuras.


  No estoy escribiendo porque me apetezca. Lo cierto es que hoy me apetecía hacer cualquier cosa menos escribir. Quería escuchar una y otra vez esas canciones que se que aborreceré pronto y justo por eso nunca llego a descargármelas. Quería leer un manga cualquiera del que después me olvidaría porque es exactamente igual que cualquier otra puta comedia romántica tópica. Quería ver porno con esa cara de póker que siempre pongo cuando veo porno a menos que me parezca demasiado asqueroso y/o doloroso de ver. Y antes de hacer todo eso, querría haber copiado la traducción de Catulo directamente de Wikisource, que ahí las hacen muy literales, y francamente, hoy no tengo putas ganas de traducir a pelo. Como casi todos los días, vaya. Si me paro a pensar todo esto me doy terrible cuenta de que soy un desecho de persona. Sí. He fracasado como ser humano. Porque teniendo en cuenta que no tengo internet podría decir ‘’Vaya, esta es una oportunidad maravillosa que me brinda el destino para que aproveche mejor el tiempo y me ponga a estudiar’’. Pero en lugar de eso, aquí estoy. Escribiendo cualquier mierda con tal de matar el tiempo de forma no productiva. Qué puto asco doy. Ya lo sabía, pero me da rabia reconocerlo así por escrito. Siempre presumo de tener demasiados hobbies como para aburrirme, pero estoy empezando a creer que yo también necesito estos trastos modernos para vivir. Siento que me han extirpado una parte importante de mí. No digo el hígado, pero por lo menos un riñón. Sí. Puedo vivir sin él, pero me siento diferente y funciono peor. ¡Holyshit! Me cago en los del servicio técnico de Orange. Cuando llamé ayer a atención al cliente, después de tenerme esperando un buen rato antes de pasarme a un operador, se me cayó la llamada y tuve que empezar de nuevo. Después, cuando conseguí que me atendieran me remitieron a otro numeroso especializado en fibra óptica. A decir verdad, ni siquiera sé qué coño es la fibra óptica y qué tiene de bueno. De allí me pasaron con un afable señor chileno, que a su vez me volvió a pasar el número de los de la puñetera fibra óptica. Y entonces mi madre, que no confía en mí una mierda, volvió a llamar al servicio técnico, que le dijo una vez más que eso era asunto de los de la fibra óptica de los cojones. Al final nos dijeron que lo arreglarían en unas setenta y dos horas, que abrirían una incidencia y blablablá.

Y aquí estoy. Sin poder aborrecer aún la última canción de Maroon 5, ni leer un manga insulso, y sin porno. Me acaban de pasar un Vine de Miley Cyrus y la he encontrado atractiva. Así desnuda con su cuerpo de pollo encima de la bola de demolición y chupando un martillo. No es sexy. Seguro que no. Son las hormonas y sobre todo, la falta de internet. No puedo pensar con claridad. Porque además, parece que nos han echado un mal de ojo o algo, pues cuando he decidió ir a darme una ducha relajante y calentarme los pies, NO HABÍA AGUA CALIENTE. He tenido que calentarme los pies con el secador para que no se me convirtieran en palitos de mar. ¿Cómo es posible si contratamos el gas natural para que no ocurrieran estos incidentes? AH, pues muy sencillo. Hay una maldita fuga en una maldita tubería y medio edificio no tiene gas. ¡Si el otro día le compré dos cajas de leche a una gitana! Fui amable, joder. Me dijo que me daba una bendición. ¡Bendición mis cojones! Soy buena persona. O eso creo. Un desecho humano, pero buena persona después de todo.

En fin, voy a dejar de enrollarme aquí con mis quejas propias de señora mayor en el autobús de mi pueblo. Me duele la espalda. Creo que llevo con tortícolis desde el viernes. Estamos a jueves. No sé si me estoy recuperando, o es que ya me he acostumbrado al dolor. Dicen que todo se acostumbra uno. Eso me recuerda el sexo. Y el sexo me recuerda al porno. Y el porno me recuerda que no tengo internet. Ya he hecho todo lo que estaba en mi mano. He leído, he escrito un capitulo para una serie que posiblemente no podré grabar hasta junio. También he hecho un opening sin copyright para dicha serie. Suena de puta madre. Se nota que no canto yo. Es un tío cualquiera que viene con el programa de edición. Ayer comí churros. Hoy comí en el chino. Pedí wan-tun. Me gusta el wan-tun. No puedo verificar si se escribe así porque no tengo internet. Puta vida. También he creado dos psicópatas caníbales en los Sims, pero ahora me da palo hacerles la casa. Podría escribir cualquier otro de los muchos libros que tengo empezados, pero me da pereza. Todo me da pereza porque soy un fracaso como ser humano.

Voy a contar un cuento ahora. Así, de gratis.

Mariana era una niña que vivía en un prado lleno de mariposas verdes. Pero nunca las veía porque la hierba era verde y los arboles también. De todas formas, no importaba porque Mariana era ciega. Qué lástima. Las niñas ciegas dan mucha pena. En fin, también era huérfana. Sólo tenía un cachorro de husky siberio que la acompañaba a todos lados y se comía las mariposas que no eran verdes. Por eso solo quedaban luego las verdes. Puro Darwinismo. Un día Mariana conoció a un príncipe que pasaba por allí por el prado y le preguntó que cómo se llamaba. Él le dijo que eso a ella le importaba una mierda. Pero cuando Mariana le dijo que era ciega le dio mucha pena y se lo dijo.

-Me llamo Calino-le dijo.

-Pues tríncame el pepino.

Y fin.

Like si lloraste con el final inesperado.


Aún estarás en shock por la conmoción que te ha causado esta historia. Lo entiendo. Es difícil contener las lágrimas. La moraleja es que ser ciego es muy aburrido y por eso todos los ciegos son gente muy mala con corazones oscuros y podridos. Yo veo regular, como dato.

jueves, 24 de abril de 2014

Normas básicas para ser el puto amo:

 Presumir abiertamente de que lo eres.
Al contrario de lo que te contaron de pequeño, la modestia no es más que falsedad disfrazada de educación. La única manera de convencer al mundo de que eres mucho mejor que el resto de desarrapados que hay por ahí, es pregonarlo como si no hubiera un mañana. Esto, además de acrecentar tu autoestima, hará disminuir notablemente la de otros, cosa que siempre viene bien para que no se te pongan chulitos.

Utilizar a los demás para tus propios intereses
¿Amigos? ¿Eso se come? Porque si no, no los quiero para nada. Para un triunfador los amigos son como esa caja de herramientas que le regalaste a tu padre por su cumpleaños. Es bueno saber que está ahí por si algún día te pudiera ser útil.

Tener talento natural y/o mucho dinero
Esto más que un requisito es una meta, pero es obvio que ayudaría mucho para comenzar. Lo ideal es tener cualidades naturales y don de gentes, pero si no es así, siempre puedes comprarlos.

Obviar los sentimientos de los que están a tu alrededor.
No podemos dejarnos llevar por ñoñerías. Ya no tenemos tres años. Si realmente quieres ser algo en la vida, tendrás que aprender que TÚ eres mucho más importante que los demás entes vivos que te rodean. Si eres capaz, olvida que tienen sentimientos, si no, al menos trata de ignorarlos.

Aniquilar (metafórica o literalmente) a cualquiera que se interponga en tu camino.
Esto es bastante sencillo. Si algún idiota te molesta, quítatelo del medio. Es evidente que no tienes que hacerlo necesariamente por ti mismo. Págale a un buen amigo para que te haga un favor. 
AVISO: Es necesario que se cumplan antes los puntos 2 y 3.

Mentir como un descocido.
Si alguien te acusa de ser un egocéntrico, un manipulador,  un insensible o un asesino, simplemente niégalo todo. Tu nunca estuviste ahí ni sabes cómo consiguió suicidarse apuñalándose  17 veces por la espalda.

Olvidar que todas estas cosas te convierten en un maldito cabrón sin escrúpulos.
Después de un duro día en la vida de un ‘’puto amo’’ no podemos permitirnos el lujo del insomnio. Así que no pienses demasiado en la vil rata que eres o tomate un Valium.

martes, 22 de abril de 2014

Breve pero innecesaria presentación autobiográfica tan interesante como la liga chipriota de petanca.

Hola, tú. Soy el puto amo. Ya sé lo que estas pensando: ¿Eres el único puto amo del mundo? No me lo creo… Pues evidentemente no. Hay muchos más desperdigados por este planeta al que estúpidamente llamamos Tierra. Pero yo soy el único que en un gesto de altruismo (muy poco común en mí) ha decidido crear este blog para ayudar a los pringaos mediocres como tú a convertirse en ‘’el puto amo’’. Normalmente, es algo que se lleva en la sangre, hay que admitirlo, pero tampoco resulta una meta inalcanzable cuando se parte de una base  escasa o carente de carisma (y dinero). Sin ir más lejos, yo mismo he sido un pobre desgraciado también. Mi padre era técnico en transporte de mercancías (lo que viene a ser camionero, vaya) y esperaba por algún extraño motivo que escapa a mi comprensión, que yo heredara el negocio familiar. Trabajaba 37 horas diarias y cobraba menos que un cantante de polca callejero. Mi madre no me quería. Se pasaba las tardes en el bar dándole al tinto don Simón y jugando al trunquillo con sus amigas. Decía que la casa se le caía encima, pero al que se le caía encima era a mí. Con ocho años tuve que ir al ambulatorio (SOLO) porque se desprendió una losa del baño y me cayó en la cabeza. Así, me crié prácticamente en soledad, con la compañía exclusiva de mi canario Hipólito y el perro de mi vecino. Ah, y su chucho también. Nos pasábamos las tardes jugando al Risk, viendo Mazzinger-Z y películas que Paquito-que así se llamaba el condenado- le mangaba a su padre y a su hermana. Nuestras favoritas eran: Barbie y el cascanueces y el Padrino. Esto es importante, porque marcaría mi vida para siempre, haciéndome tomar la complicada determinación de qué quería ser de mayor. Siempre había tenido claro que quería más que nada en el mundo dejar de ser el mindundi que era. Quería ser ‘’el puto amo’’.  Con tal propósito, a los 16 años y tres cuartos, me fugué de casa en busca de una vida mejor. Quería ser capo de la mafia italiana. No podía ser tan difícil, ¿no? Y tras una serie de peripecias conseguí fundar mi discreta organización Queparezcaunaccidente con la ayuda de un socio muy especial, que acabó por convertirse en mi mujer (ex mujer actualmente). Pero tenía mucho carácter y no se tomaba demasiado bien mis hobbies. Pero de todo eso ya hablaré en otra ocasión. Ahora solo te deseo suerte en tu camino hacia el éxito (pues la vas a necesitar) y te animo a que sigas los sencillos consejos que te iré brindando si quieres llegar a algo en la vida y no quedarte en casa de tus padres hasta los 83 años, cuando te jubiles de tu muy mal pagado trabajo (si es que tienes). Hala, que te cunda!